Hoy para divertir a cortesanos
se les lleva a cazar rinocerontes,
quienes por escapar de los humanos
hasta arriesgan sus vidas por los montes.
A saber si tan cruel divertimento
no habla bastante mal de los mortales,
quienes queriendo disfrutar del cuento
podrían funcionar como animales.
Quizás tanto sutil materialismo
lleva al hombre a perder su compostura,
cuando a menudo presa del cinismo
controlar no controla su locura.
Quien sabe si siguiendo a la manada
se justifica con cualquier chorrada.