Soneto.- hacer el primo

Mientras hacía de favor el primo
me afanaba a tocar los cascabeles,
a mi antojo, trucando los papeles
para que el cuento no sonara el timo.

Quien sabe si al contarlo yo con mimo
me encantaba dormirme en los laureles,
aunque arriesgar pudiera así mis pieles
que por salud esfuerzos no escatimo.

Pues el hambre demoras nunca admite
justo cuando el estómago se queja
sin disculpas que valgan ¡qué ironía!,

si la mala ventura se repite
y ya en los huesos a los pobres deja
al ver que cuento alguno le valdría.

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Bueno equivaldría a lo que en mi pueblo llamamos un pagafantas quiero entender :laughing: :laughing: :laughing:
saludos