Ya sería el humor mi patrimonio
más temido y ansiado por la tierra,
donde hacer el amor y no la guerra
no fuera visto cosa del demonio.
Quién diría si en tiempos de Apolonio
el pueblo habría de cruzar la sierra,
a rastras por aquesta vida perra
sólo por escapar del matrimonio.
A Dios gracias, que cambien los criterios,
si este tipo de amor pecado fuera
donde el crimen apenas es delito.
Y es que si se aclarasen los misterios,
podría aparecer cualquier lumbrera
haciendo de un sermón un buen refrito.