Haciendo de mis miedos mi armadura
no quiero consumirme en el dolor,
sabiendo que a menudo por pudor
frente tendré que hacer a la factura.
Pues al borde también de la locura
me he visto en ocasiones sin humor,
víctima del amargo desamor
que a pesar de la edad aún perdura.
Si no existe partida sin enredo
ocupado a propósito me tiene
a gusto de la noche a la mañana.
si ya con disfrutarla yo me quedo
dudo aún que haya nadie que me frene
porque venir le venga aún en gana.