Donde quiebra Castilla su meseta
zigzaguea el Pisuerga palentino,
y a la tierra doliente que se agrieta
la fecunda en su vientre el pan y el vino.
Noble tierra de Campos !qué destino!
tan austero, cabal y anacoreta.
Eran huellas de luz de aquel poeta
los versos jalonando su camino.
Trashumante el Pisuerga en la montaña
bendice aquel paisaje que lo habita
y en Palencia se siente enamorado.
La palabra serena lo acompaña
en su cauce - rumor de agua bendita -
con la voz que resuena de Machado.
**Un poema mayor, porque selecciona unos puntos geográficos que están próximos y los conecta con un objeto único, que es el río. De la montaña a la llanura amesetada, regando los ora fértiles, ora austeros campos y evocando el mundo de uno de los poetas que mejor ha transmitido la belleza de esos lugares. El adjetivo trashumante, aplicado al Pisuerga, es uno de los grandes logros de este poema, porque siendo un tipo de pastoreo en continuo movimiento, evoca por igual la doctrina heraclítea del cambio y las actividades ganaderas de la zona. Es, además, un poema que tiene la rara belleza de lo imperfecto. Las imágenes no siguen un orden, una dirección, que es algo que se espera en un soneto, sino que da vueltas alrededor del mismo eje, de modo que tanto montañas como poeta se encuentran representados en los cuartetos y en los tercetos, porque se puede entender que donde se quiebra una meseta es por una serie de pliegues, y que ‘aquel poeta’ es siempre Machado. La poesía, en general, se basa en la repetición, pero en un soneto ya se repiten bastantes cosas (acentuación y rimas) como para que haya que matizar el contenido de los cuartetos, sino llevarlos a un nuevo terreno donde se extraiga una conclusión o se llegue a un corolario. Esta opinión no menoscaba en absoluto la rotunda belleza de uno de los mejores trabajos presentados