El soneto además de contenido
debe sonar acorde y agradable,
al escucharlo siendo deseable
que cada frase tenga su sentido.
Por eso yo con lupa siempre mido
el tono que resulte indispensable,
por si alguna licencia reprobable
me dejara el poema malherido.
Pues argumento y forma se combinan
hasta crear un todo en armonía,
donde destaque siempre la belleza
que si los instrumentos desafinan
al garete se va la fantasía
porque compuesto fuese sin cabeza.