Como he comprobado que hoy viernes ha subido la temperatura en vísperas de sábado, sabadete, me permito adjuntar este anónimo del siglo XVI, para deleite informal,
saludos
Soneto del Vicentino
que acabó a lo humano
y comenzó a lo divino
Los ojos vueltos, que del negro de ellos
muy poco o casi nada parecía,
y la divina boca helada y fría
bañados en sudor rostro y cabellos,
las blancas piernas y los brazos bellos,
con que al mozo en mil lazos envolvía,
ya Venus fatigados los tenía,
remisos, sin mostrar vigor en ellos.
Adonis, cuando vio llegado el punto
de echar con dulce fin cosas aparte,
dijo: "No ceses, diosa, anda señora,
no dejes de mene…" y no dijo “arte,”
que el aliento y la voz le faltó junto,
y al dulce juego feneció a la hora.
(Anónimo, finales del s. XVI)