Jamás he visto tanta hipocresía
mientras el pueblo mudo traga sapos,
que quien se forra y guarda bien los trapos
por los rincones deja porquería.
Pues con deslealtad y alevosía
nos callan repartiendo sus harapos,
presumiendo inmunes y tan guapos
que cuanto digo suena a letanía.
Que viendo como campa el parlamento
con sus acuerdos sucios de pasillo
se reparten la tarta y los favores,
que si fuera tragedia o más bien cuento,
lo debió de escribir algún chiquillo
conociendo el parquet de mil amores.