Con pajaritos llevo
en la cabeza, pienso, tantos años
que ya nada me dicen los apaños
cuando a querer de nuevo, apenas si me atrevo.
Por eso muchas lágrimas a chorros me las bebo
cuando los sentimientos más tacaños,
llegan a producir amargos daños
y sin querer compruebo.
Quién sabe si dejándome llevar
el desdén amoroso jamás me lo cuestiono
y a nadie sus motivos le pregunto,
costando conjugar a diario el verbo amar
razonar por supuesto no razono
en vida a rajatabla cumplir punto por punto.