A AQUEL QUE, EN SOLEDAD, AMAMOS TANTO
Oh, tú, hermosa cadena, que desatas
―en vez de atar― torrentes limpiadores,
que desinfectas, quitas los olores
de la feroz batalla que destapas…
Desde este noble asiento ―aunque sin patas―
¡cuántos momentos tan liberadores
de las necesidades más innatas
y los estruendos más aterradores!
Que no hay quien se resista a tus encantos:
ni damas, ni señores, ni doncellas,
ya sean pobres, nobles, feos, bellas…
Que no hay lugar que nos iguale tanto
que este habitáculo y esta faena.
Llegado el fin, ¡tira de la cadena!
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Me recordó al “Poema al pedo” de Quevedo!! jajajaja 

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Feliz fin de semana, María.
Un abrazo.
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Ahhh¡¡¡¡ Muy bueno. Soneto muy sonoro. jajajajaja Hacer poesía con humor no es nada fácil, y a ti te quedó de lujo.
Felicidades

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Muchas gracias, Horten. Tengo un libro que autoedité, titulado «Polvo será», que cuenta en verso, al estilo del Siglo de Oro, cuatro chistes populares como si fueran historias rimadas. Es muy divertido. Y es que soy lectora ávida de la Poesía clásica…y por ende de la satírica y burlesca.
Un abrazo.
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Se nota, tu Soneto encaja perfectamente en el estilo. Una vez más felicidades 
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Gracias, de nuevo, por leerme y opinar. Me siento aquí muy bien acogida.
Un abrazo.
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Jaja, te pasaste, que buen soneto.
Un saludo.
Gracias, Lauro.
Un saludo.
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¡Qué excelente! Me hizo reir, también reflexionar. Innato.
¡Me gustó mucho leerle!
Muchas gracias. Me alegra que la poesía también pueda divertir. Gracias por leerme.
Un saludo.