A salvo del dolor de toda herida
es muy difícil que vivir nos dejen,
pues muchas telarañas hoy se tejen
que la fraternidad el mundo olvida.
Rezando estoy que nadie nos impida
respirar, y después nos aconsejen
que su triunfo en las urnas, lo festejen
los pueblos, de manera distendida.
Ya sé que lo profano es lo que importa
y que lo entretenido es lo mundano
porque a nadie el espíritu interesa,
porque no pincha este marrón, ni corta
los sufrimientos sádicos que en vano
en este mundo nadie urdir confiesa.