En medio de los
cambios interiores
se encuentra el antes
cuerpo lleno de vida,
en torno las coronas llevadas
por los deudos en
un acompasado arrullo.
Es el final del día,
la respiración se extingue en
quienes nos alejamos de la vida.
Mirada tranquila
al oscuro sombrío,
suena el Aqueronte distante,
rumor hablador de criaturas
fantásticas que veo alejarse y
perderse en la oscuridad con
el barquero Caronte.
Durante el funeral
las vuelvo encontrar,
comparten con mi alma,
el dolor y la frustración,
me regalan flores
a cambio de mi cruz.
¿Existen solo la fe y las dudas?
¿ Se ha roto el espíritu y el
ser será otra criatura?
Debo salir de las sombras
de la noche a espantar los
cuervos que me miran
desde la torre de la iglesia.
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