Eres tu y la levedad emancipada
en el vuelo imaginario de un pájaro,
la pura libertad de la fina lluvia
entre las barbas del viento,
sin importancia,
sin espera de encuentro
con más tierra mojada.
Inspiro la fragancia del sotobosque,
observo el ciclo primigenio del agua
con la indolencia extraña de los muertos,
levito con las alas de la magia,
con el aliento que asciende
desde los valles a la montaña,
foráneo me injerto en la perfecta obra inacabada
del universo.
Eres tu y la sutileza concentrada
en el peso azul de un abrazo,
en el horizonte febril de un beso
y ya no más nada,
ni espejismos de la belleza
ni recovecos del destiempo,
solo la flor del alma
evocada,
solo eso.