Tú que siempre has sido el sol después de la tormenta
cuentas las gotas de la ventana
pensando en la muerte,
en como la vida se te esfuma entre los dedos.
Y solo crees en la vida monótona,
sin placeres,
porque para ti eso ya no existe,
porque te trabas cada vez que pronuncias la palabra felicidad.
Te ha empezado a gustar lo complicado,
lo imposible
y te das cuenta de que es tarde para cambiarlo,
porque ya has pasado muchas noches frías.
Entonces te piensas que llorando y rezando lo vas a solucionar todo,
negocias con todos los dioses tu alma a cambio de no ser invisible otra vez,
a no desaparecer.
Tú que siempre has sido el sol después de la tormenta,
te has hartado de risas que no sean la tuya,
porque el invierno se acerca y a ti nadie te ha prometido un hogar.
Tú, que escribes palabras sin sentido,
al final crees hacer poesía,
al final acabas contando algo,
aunque estés más preocupada por lo que no has llegado a ser que por el mañana.
