Contempla la suave calidez
de un atardecer de otoño
que te acaricia en infinita paz.
Siente los tenues rayos de sol
iluminando tu piel
y despertando tu alma entera.
Es el momento de conectar con tu serenidad,
con tu interior tranquilo y puro.
Es el espacio donde disfrutar la calma
que te arrulla con cantos de ternura
y amor verdadero.
Dorados colores te acompañan
en este tránsito hacia lo nuevo,
mientras la luz te muestra el reflejo
de lo mágico y lo eterno.