Decía adiós la tarde
derramando las últimas gotas
sobre su cristal líquido.
Decía hasta siempre
el último minuto del presente
que se mantenía en pie.
El próximo segundo
nacería inocente,
desnudo.
Nos miraría a la cara,
como no entendiendo nada.
Y todo sería pasado
en un momento.
Sin un adiós,
sin una despedida,
sin un último beso.
Y todo sería pasado
en un momento.
Sin un adiós,
sin una despedida,
sin un último beso.
Ciertamente, siento que el Poémame antiguo, en momento se hizo pasado… pero si me he despedido de él incontables veces. Suelo pasar a repasar los poemas y sus comentarios.
Ahh!!! todo un bellísimo renacer, mágica conversión de una a otra plataforma con esa inocencia que se va vistiendo con sentimientos y versos , que sean por muchos años, amiga!!!