Sobre un infierno sin llamas,
una cama de cartón,
una pared sin ventana,
una manta sin colchón.
En la deriva del tiempo
vela la noche de invierno
el hambre y la sinrazón.
Ya se enterraron los sueños
entre la tierra y el lodo,
no queda nada en la mesa
de quien lo ha perdido todo.
No hables de fe ni justicia
de oraciones ni pañuelos,
ya hay demasiadas estrellas
que cayeron de este cielo.
Quiero dedicar este poema a las victimas inocentes de todas las guerras y todos los bandos que se ve obligadas a desplazarse y a dejarlo todo. Además, a esas personas sin hogar que duermen en nuestras calles en camas de cartón y que hemos dejado caer.
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Pues amen con la dedicatoria .
El poema perfecto, ensamblado desde el principio, sin rupturas conceptuales…la realidad no las admite.
Me gustó, saludos.
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Muchas gracias Pedro por tu lectura y apreciado comentario. Me alegra que te guste. Feliz día.
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Hermoso y sentido poema, son muchos los que sufren por causa de otros.
Saludos Melchor.
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En tu poesía has plasmado ese viaje de los desamparados, de manera muy expresiva, lo has bordado. Me uno a tu dedicatoria.
Un saludo.
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Maravilloso nucleo narrativo y el acento decimal, amen del concepto. Aplausos.
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Hermoso poema a los desheredados y víctimas de la sinrazón humana…
Gracias por ello.
Abrazos, Melchor.
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Muchas gracias Horten, por desgracia sigue siendo así. Feliz día.
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Muchas gracias Ana María por tu lectura y comentario. Saludos.
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Muchas gracias por tus palabras Pedro. Un abrazo.
Muchas gracias Domingo. Un abrazo.
Muchas gracias María, es una pena que no aprendamos que la violencia sólo enjendra violencia y destrucción y al final todos salimos perdiendo. Un abrazo.
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