Dedos,
caricias a ritmo de jazz
sobre tu piel.
Susurro,
brisa que enciende
mi cuerpo cansado.
Cabello,
mechón de deseo
en tu piel clara.
Mirada,
mar que parpadea
un mundo de sueños.
Voz,
blues adormilado de palabras robadas
que despiertan mi corazón.
Mientras unos insectos se besan
a la luz de la lámpara,
nuestros dedos se enlazan
bajo el edredón.
*Gracias a @marttucca y a @Ruache por sus sugerencias en el Taller de poesía.