El hogar, qué manicomio.
qué soledad.
qué pecio…
El hogar, sin cuatrinomio.
sin libertad.
sin tiempo…
Sólo silencio.
¿Quién sonará hoy las campanas?
¿Quién conducirá hoy las ambulancias?
¿Quién dormirá hoy bajo el puente?
¿Quién querrá hoy ahogarse
contando hasta diez?
¿Quién alimentará hoy a las palomas?
¿Quién dictaminará hoy las sentencias?
¿Quién libertará hoy a las ausencias?
¿Quién nos despedirá hoy a todos
ya pasado el umbral?
Sólo silencio.
Tracalada de voces viajeras: alguien llora
y alguien calla.
¿Quién será?
Miradas suben, miradas bajan: arrastran pelusas
y smoke.
¿Quiénes serán?
¿Y por qué callan haciendo tanto ruido?
Motorizadas soledades, motorizados laberintos: huyendo
en vano del silencio.
¿Y a dónde es que piensan que van?
¿Y qué sentido tiene que huyan?
De este invierno azul,
salado y negro,
que al hibernar
sólo crea más silencio…
Bostezos suben, bostezos bajan: esparcen miedos,
pequeñas nostalgias.
Depresivas parcas en cada terna de ojos que me encuentro ¿por error?
Parcas reclusas: zureando en ardor.
Falsos árboles de plástico.
Audífonos contra el tedio.
Buses escolares sin pintar.
Sólo silencio.
Jeans planchados en silencio.
Zapatos lustrados en silencio, corbatas anudadas en silencio,
discusiones que acontecen en y crean más silencios
¡Oh Silencio, eres lo único que recuerdo de mi hogar!
Por debajo de las sillas estás, haciéndolas tambalear.
Por encima de las repisas, trastornando a la cocina.
Oh Silencio, eres lo único que recuerdo de mi hogar…
Recuerdo:
Madre analgésicos…
Padre deshicieron,
padre cerraremos.
Madre cenicero…
Cenicero cinéreo…
Madre escasos pétalos,
padre escasos cuévanos.
Hermana crisantemo…
Hermana masticaba en silencio…
Yo mariposeaba en silencio…
Todo se empolvaba en silencio…
Todo se agrietaba…
¡En silencio!
Todos enfermos…
nada nos diferencia de nadie;
de éstos ojos apagados, enclaustrados,
todos enfermos…
y buscamos una silla,
un trono holgado
entre tantas tumbas
en silencio…
todos enfermos…
inhumanos
ateos
todos enfermos…
sabelotodos
morfeos
de números marcados ¡todos…
…
Oh silencio profetizado:
Déjame medir la longitud de la buseta.
Déjame calcular la capacidad exacta de la buseta:
cuántos sentados, cuántos volando, cuántos de pie.
Déjame buscar la salida de emergencia de la buseta.
Por si no la hay: déjame idearla.
Déjame, espera…: deja que pasen […] ya:
Déjame imaginarme encima de la buseta
ah… con el viento lejano de mayo
despertándome el alma suavemente, tibiamente;
correctamente. Fantasiosamente, indiferentemente.
Déjame preguntarle algo a la enfermera de la buseta.
Déjame quedarme en este asiento, cerca de la ventana,
¡¿por qué tengo que ir de pie?!
¡¿por qué no puedo volar?! […]
Y me sigo alejando… tan firme, alejando…
Sin rumbo, sin parada, sin destino… (todo traquetea)
Y me cuestiono, en cuarta persona, lo trivial…
…
¿Por qué te vas?
¿A dónde quieres llegar?
¿A quién piensas molestar?
¿A qué barranco piensas agotarle la paciencia?
¿Por qué te vas?
¿A quién quieres encontrar?
¿A quién quieres recuperar?
¿A qué confesionario piensas agotarle la paciencia?
¿Por qué te vas?
La plena que estás mal.
Bien sabes que no eres Siddhartha.
Bien sabes que no perteneces a Shambhala.
Bien sabes que no le eres fiel a Babel.
¿Qué buscas entonces?
¿Un tratado de paz? ¿Con los Ángeles Negros?¡JA!
¿Y quién te dice que quieren paz y no guerra?
Mira a tu alrededor.
Mira y convéncete.
Convéncete.
Mira a tu interior y convéncete.
Convéncete.
Si piensas hacerlo, convéncete de una vez.
Te espero.
[…]
¡JA! ¿Lo ves?
Eres igual a los demás:
Tragedia amarilla, Comedia Carnal.
¿Qué vas a poder diamantar?
Ni siquiera puedes: todo lo que tocas, oro se hace.
Pero el oro no es diamante.
Y el oro no es un mineral de los cielos.
Estás atrapado. Al igual que todos.
En un limbo que sólo unos pocos han podido escapar
¡Bienaventurados!
¡¡Pulsos heridos!!
En cambio tú, sólo huyes, huyes,
concatenas huidas, silencios,
¡No puedes deshacerte ni por un momento del Tiempo!
No eres digno, esclavo de la Suerte,
profanador de poesías, vanguardista sociópata,
hijo del Polvo,
hijo sin padre,
¡No cargas una corona de espinas!
sólo soledades aladas;
tú que eres nido de tales atrocidades,
tú que eres infértil,
yermo,
momia moderna,
sordo, sordo, sordo,
estás solo,
solo,
solo,
reflejado en todas partes,
en todos los tiempos idos y por haber,
estás ciego, ciego, ciego,
deberías volver,
volver,
¡volver…
[…]
Ahí está…
No seas callado, no seas distante…
Ahí está: tibio, suave, planchado.
Ahí está… ¿No lo ves?
¿Por qué te alejas todavía?
¿Por qué te vas?
Tibio, suave.
Tibio; humedad y brisa.
Tibio; el canto de la abuela a la niña.
Suave; la mejilla que cuelga del brazo
como un pan de almidón caliente,
recubierto en mentol chino,
y que se desliza suave, suave,
la mejilla que espera sonrosada su beso
planchado, su beso
tibio, tibio,
su beso
suave, suave, de bienvenida…
Oh rocío y pleamar y luna llena!
¡¡Maduros fritos!!
¿Por qué te alejas todavía?
¿Por qué te vas?
Si ahí está… ahí está
cubierto de tierra,
de cáscaras de huevo;
agua de llave.
Si ahí está… ahí siempre ha estado
cubierto de madre,
de cáscaras de estrella;
de agua de pétalos,
sudor de madre.
(Santa María, madre de…)
[…]
No es una imagen mental.
No es publicidad engañosa
¡¡¡¿Por qué te sigues alejando?!!!
Calla.
Calla ya…
Sí…
podrá estar
pero:
¿quién dice que pondrá un pero por mí?
¡¿cómo podrá poner el pero por mí ante su dios?!
No hay salvación…: balbucearía la imagen que me arremeda.
(tan bien tan bien)
Y hacia la Ciudad!
éste loqueromóvil parace que se dirige.
(éste circo)
¡No hay de qué preocuparse!:
tengo los dedos empapados de tinieblas,
tengo un collar de tiempo por si acaso,
tengo una grieta contra el mal de ojo,
tengo una sombra a prueba de plomo
¡Oh… los cuatro vértices de mi silencio.
¡Oh… los cuatro ángulos que no se suman
¡No hay salvación alguna…
Sólo silencio…
Sólo zzzzz…
…
"Fósforo y fósforo en la oscuridad,
lágrima y lágrima en la polvareda"
César Vallejo
Sentiment d’ aliénation.
Despistada jaula sin ave de compañía…
Fosgeno para todo reposo de vida…
Ilusionada gayola sin pájara de guía…
Ibuprofeno para toda demasía de vida…
Sentiment d’ apodyopsis au Néant.
Anteojos caleidoscópicos ante la miopía…
Días plenos si los ecos silenciaran la vida…
Muletillas submarinas ante la sulfata caligrafía…
Noches plenas si ésta mudez despertara la vida…
Sentiment d’ apothéose dans le Néant.
Intersección azul, tránsito de horas…
De lejos: un torso frío desaparece en una zanja honda…
Cientos de suspiros blandos transitan la aurora coja…
A lo lejos: una mujer sí que llora… su único hijo le abandona…
¿Y ahora?
Culpabilité universelle.
Me decanto por las sombras…
por los autoretratos vacíos…
por los sueños que crecen aún conmigo…
no tener que consolar al Cigarrillo
ni verle la expresión suicida
ni entender nada
ni preguntarle nada…
dejarlo ser una vela oceánica
dejar que se moje/ahogue.
Y decantarme por la minería…
por espacios que no sean cuadrados…
por sueños que no hayan aún caducado…
no tener que aperturar dos veces el Arca
ni arroparla con trozos de papel o clepsydra cruel
de nuevo
de nuevo…
dejarla ser memoria fastuosa
ya inútil.
¿Y ahora?
Indoloras alaskas eufóricas.
Simbiosis de almas a distancia.
Oración diaria de quemeimportismo
¡Al menos! en lo onírico estoy contigo…
Siempre preámbulos y simulacros.
En ayuna diáfanos ibises inoculados.
Dorados lamentos fenecen en banales sonidos
¡Al menos! en lo onírico estoy contigo…
En sueños míos,
están todas las personas que he conocido,
y pareciera que no se quieren ir,
no tienen a dónde…
En sueños míos los relojes no funcionan
En sueños míos no hay que adivinar
En sueños míos no hay que pensar
En sueños míos los círculos se dibujan
En sueños míos no se puede olvidar…
En sueños míos,
tu halo arrebol es azur…
Se respira un aroma a finca,
a raménico algazul…
Se oyen diurnas cranear,
cadenas danzar…
A ti te estamos esperando.
En sueños míos,
avistarás cinco dromedarios
circunvolando el Tabú…
Avistarás océanos esquizoides,
efigies en formol e iglús…
Almacabras con salobres ascensores
y lóbregos anillos, reprimidos fulgores…
A ti te estamos esperando.
En sueños míos
podemos charlar,
aún cuando hayan dieléctricos
entre tú y yo…
En sueños míos
podemos esnifar, esnifarnos,
aún cuando nos frisée la Culpa
o éstas otras contradicciones…
Tú y yo…
Que nos abrazamos a pesar del tiempo,
a pesar de la distancia
que hay de jaula a jaula…
Que nos profanamos a pesar del tacto,
a pesar de la vigilancia
que hay de mirada a mirada…
Tú y yo…
Las comas más pleñideras de una oración,
de un salmo…
Los versos más incomprendidos,
tachados… (subrayados…)
Las almas más solitarias del Paraíso…
Las almas más concurridas del Infierno…
A nosotros: no nos despachan en ningún purgatorio…
Tú y yo… Yo y tú… Separados por el mismo cristal talado…
Y en esta complicidad absurda y momentánea, a ti, te confieso:
Que sólo hubieron días plenos, cuando la Verdad era desdeñable.