Días atrás, se me rompió el retrovisor y se me hacía difícil mirar atrás sin girar el cuello a más de cincuenta grados a ambos lados, más de un motorizado me “puteo” como si yo los condujera a las puertas del patíbulo. Algo de premonitorio encuentro en su poema @martinrenan24 , me parece una obra sugestiva de lo muy frágil que somos y para vencer esa evidente vulnerable propiedad, precisamos del perdón. —Aplausos.