Somos (a oscuras) cajas de cartón,
en un principio
pugilato de nervios
y el patíbulo más cerca;
por ejemplo,
apuntando de memoria
mi hábito a sentarme
suelto de huesos
y blasfemo
me lío
sí, aún estoy vivo.
.
.
.
Enfermo de mí, he intentado huir
dentro de mis recuerdos;
en el brasero
yazgo
pero, el frío del día quema
mis entrañas.
A menos de un puñal, el homicida
tiene mi reflejo.
—
Sólo a ti, después de días te perdono
sin miras atrás.
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Cuando llegamos al cadalso de nuestra propia existencia, siempre es bueno que alguien nos perdone y por tanto nos indulte. Un buen poema. Saludos.
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Siempre tus poemas me dan para pensar y leer entre líneas…
Entre las sombras, algunas luces…
Abrazo, Martín!
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Excelente poema, Martín. Enhorabuena
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pedro1
20 Noviembre, 2023 23:30
6
Llevan perfumados estos versos, tu propia vida…van lacrados con tus ojos.
Nos traes siempre unas reflexiones puras, sin ambigüedades y eso, me gusta.
Saludos
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Tus versos son profundos, me dejó pensando. ¡Qué buen poema!
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Minada
21 Noviembre, 2023 04:50
8
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Solo este verso ya vale un aplauso, pero es que el resto del poema no desmerece en absoluto.
Abrazo, poeta enigmático
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Sinmi
21 Noviembre, 2023 19:36
10
A veces quema la vida, la indiferencia, ese frío que nos toca y nos quebranta. Grandes versos, querido amigo. Saludos cariñosos.
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Días atrás, se me rompió el retrovisor y se me hacía difícil mirar atrás sin girar el cuello a más de cincuenta grados a ambos lados, más de un motorizado me “puteo” como si yo los condujera a las puertas del patíbulo. Algo de premonitorio encuentro en su poema @martinrenan24 , me parece una obra sugestiva de lo muy frágil que somos y para vencer esa evidente vulnerable propiedad, precisamos del perdón. —Aplausos.
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