Ojalá no malgaste la sonrisa
si el mundo no responde a mis deseos,
cuando quizás por evitar jaleos
en quitarme de en medio me doy prisa.
Porque cambiar no cambio de camisa
ni andar me ando yo con titubeos,
vivo a gusto en el mundo de los feos
aunque faltar me falte ya la brisa.
Tanto que a trancas y barrancas juro
salir de las tormentas siempre a salvo,
y tan fresco a tomar mis decisiones
que pronto garantizo mi futuro
como si fuera por el monte un galgo
exhibiendo seguro sus razones.