A veces intuyo su silencio
y me retiro a mi caverna,
insondable, adusta.
Las aves alean flemáticas
dueñas de su sino
un árbol emerge en el corazón del páramo,
por fin tengo noche.
Entonces me pongo a horadar
indagando sobre sus últimas palabras,
lacónicas,
próximas al desafecto.
Certeras como su silencio.
El silencio está lleno de palabras. Me gusto Saludos.
Un poema muy bello, compañero! La caverna es el abrigo del poeta…
Saludos, Josele.
Muchas gracias, me alegro que te haya gustado.
Así es, a veces se habla más con los silencios.
Muchas gracias, la caverna y la libreta.
Saludos Maria.
Bonitos versos.
Muchas gracias. Saludos.
Poemazo, Jose.
También hay que saber escuchar los silencios…
Me encanta 
Por supuesto, escucharlos y respetarlos.
Muchas gracias 
.
Tienes razón en lo que de cada uno hace su interpretación.
Me abruma que hayas tomado algo de tú tiempo para hacer ese análisis.
Muchas gracias. Un saludo.
Muy lindo. Saludos cordiales
Muchas gracias, me alegro que te haya gustado
. Saludos.
duele ese silencio… 
Duele…pero tengo folios. Muchas gracias.