En una excusa se adivina un secreto,
el silencio respira dentro de una semilla
para salvaguardar su espacio vital
-¿Alguna vez lo escuchaste?-.
Desafía al intelecto en manos inocentes,
como para ocultar la vida
-Ah, cómplice de la tierra, elemento sin causa.-,
esa multitud de veces que los sentidos dicen.
Raíz de un enigma que levanta discursos,
concienzudamente, pero sin respuestas
-Es gritar al vacío el tiempo que tarda.-,
sin misterio aparente, pero con doblez.
Es imposible aburrirse con las cosas que perseguimos
-Enfocarse en él es volverse necesario.-,
es a punto de callar cuando todo cambia,
justo después de leer sin lengua
la mutilación…
De eso mismo.