Decirte en un instante
que tus instantes
perduran…
Que la demencia finita
de agitados decúbitos,
arriva, cuerda,
en verticales inmunes…
Que mis nones, asimétricos,
apenas empañan
el sí eterno,
proemio de asideros,
compartidos…
Que mis arrugas núbiles
y tus pliegues efebos,
enaltecen el semblante
de amaneceres nuevos…
Que pasajero, en precario,
de aconteceres volátiles,
en un instante
de pétalos efímeros
que florecen
y se marchitan
en sincrónico bagaje…
con verbo desnudo,
indeleble,
es decirte, de súbito,
enhiesto
en diagonales perpetuas,
que tus instantes, perduran…
nevados…
en la altura menguada,
de mi siempre…