Septiembre siempre me acerca a ti.
Me despierta la inquietud
y un asomo de tristeza
que llevo callados bajo la lengua.
Y desploma la cordura
junto a la lápida fría
rodeada
de flores amarillas temblorosas.
El grito de nostalgia detenido
revive en Septiembre,
y sale por los poros,
dibujando espaldas donde sólo hay alfileres.
Y con la lluvia
crece la ternura,
en una debilidad perenne.
Septiembre no tiene remedio;
trae recuerdos
que derrotan muy despacio
todas las defensas;
los muros se derrumban como castillos de arena
en el desborde
del agua luminosa
que condena.
Y cada vez más cerca,
el Otoño se vislumbra
como un pesar precioso
que acordona la vida
a la reserva perentoria de una pena,
que va en pos
de una presencia
inexistente.
Y es que Septiembre
es el mes traidor de la memoria;
el mes que lo trae todo de vuelta.
Y en el fondo de las palabras tristes
que el tiempo no perdona,
toma forma
el irremediable sentido del poema.
Septiembre es un mes de esperanza y de nuevas oportunidades a la vez que una despedida triste del verano y tú lo has plasmado de una forma muy poética.
Saludos
Hermoso poema!!!- Un gusto disfrutar de tus letras.
“Septiembre no tiene remedio;
trae recuerdos
que derrotan muy despacio
todas las defensas;
los muros se derrumban como castillos de arena
en el desborde
del agua luminosa
que condena.”
Septiembre nos lleva de vuelta a la realidad. Nos devuelve a la tierra… nos invita a un nuevo comienzo. También vuelve con el otoño la nostalgia y el pesar de las ausencias que en otro tiempo llenaron momentos y rutinas queridas que ahora se echan de menos.