Me senté a su lado,
la observé
sentí su aroma
y me pidió marchar,
que debía vivir,
que buscara
el recodo
de la tristeza,
que su enfermedad
pronto la llevaría,
que había terminado
con su fantasía,
que ya no podía
leer ni escuchar
los versos
que componía
…así quedamos,
partió,
y cada día
sigo leyendo
la poesía
que hice para Ella.
@jrocag