Es la historia de una estrella,
que un día se apareció en un desierto rojo
de cielo negro:
No había nada más que una sombra quieta.
La estrella que estuvo seis días azules
y seis noches blancas, miraba inmóvil
aquella gota errante en el desierto.
Parecía como si sus destellos invisibles
iluminaran todas las manos de los niños sombrios.
Como si, una nube, se hubiera pintado de violeta
y llorara por la muerte segura e inminente
de la gota de lluvia errante en aquel desierto.
El séptimo día azul;
la séptima noche blanca y la sombra quieta arriba.
Todos los imperios habían perecido.
La gota de lluvia comenzaba a desvanecerse
entre un suelo rojo y un cielo negro.