Sentido horizontal VII

Hola pequeña flor.

Vives en un vaso con un poquito de agua;
y víctima de mi miedo, te he arrancado para sentirme,
menos triste.

Te maté porque te necesitaba;
y cuando corté tu tallo, en aquel parque,
sentí en mi pecho, el dolor de una puñalada.

Mas no podía irme sin ti,
hubiera añorado tu compañía;
y, tal vez -¿porqué no?-
el muerto hubiese sido yo:

¡Ah!

Te amo y por eso te maté.

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