Señora de áspero sonar
que retumba el aire quebrado
y evoca el diluvio enjambrado,
mire el tallo que pisa
sin la duda polizona
nadando a la garganta
y que corta como espada
el lino dulce en el agua
Señora de mirada estática
cuyos ojos son de piedra
languidecen con muerta armonía
en tumba de fumarolas grises
y no deja el brumoso aliento
arrancar el brillo escondido,
¡Pobre aura perniciosa!
que no alza los vuelos al blanco vigor
Señora de silueta espectral
si yo por descarada resueno
en sus cienes como agujas
y por mi carne suelta adolezco
los egos disfrazados de cordero,
¿No es su alma la cripta de
aguas podridas?