Rompe el silencio en la noche
el llanto de una saeta,
la fe camina descalza
con la esperanza a su vera,
van pisando los cristales
que fue dejando una pena,
y en el suelo se derraman
lágrimas de cirio y cera.
Sin consuelo va una madre
entre varales y velas,
su canastilla de plata
brilla como las estrellas,
y miles de ojos la miran
por sus ventanas de tela.
En el aire huele a incienso
y en Sevilla a primavera
y la bulla va creciendo
por sus calles, por sus venas:
!quien pudiera ser Pilatos
para parar su condena!.
La luna mira impotente
vestida de nazarena.
Vaya mi pequeño homenaje para la Semana Santa de mi tierra que ahora comienza.
Muchas gracias Pedro. Yo tampoco soy religioso. Pero la Semana Santa de Sevilla es un disfrute para los sentidos. Por su olor a primavera, su musica, su arte, su ambiente,…etc. Y eso es lo que intento transmitir con la poesía. Te agradezco mucho tu lectura y comentario. Un abrazo.
Muchas gracias Wallace, me alegra que te guste y que te traiga buenos recuerdos. Como le dije a Pedro, yo tampoco soy religioso, pero esta Semana Santa trasciende este aspecto, y me quedo con las emociones y el arte que transmite. Esperemos que el tiempo lo respete pero en principio tiene mala pinta. Aprecio mucho tu comentario. Un abrazo.
Muchas gracias María, la verdad es que no soy muy cofrade, mi mujer y mis hijos lo son más, a pesar de que llevo toda mi vida viviendo la Semana Santa. Pero, como dices bien, es como ver un museo barroco en la calle, con la música, con el ambiente, es imposible no impregnarse de su esencia. Aunque cada vez está más masificada. La verdad que nunca había escrito nada sobre esta festividad, pero el domingo pasado paseando por los templos, fui escribiendo versos que se vinieron a mi cabeza y salió este poema.
Intentaré disfrutarla el tiempo que el trabajo me lo permita. Esperemos que el tiempo se comporte, aunque parece difícil, el cielo está de gris migraña (como yo le digo). Un abrazo. Feliz semana.