“Me dices que esto no es vida, que tienes el alma herida
mas no te falta comida ni una mano conocida.
¿Lloras y te compadeces? ¡no me vengas con sandeces!
que un niño chico pareces, que te quejas por memeces,
como capullo floreces, y de amores no careces
¡déjate de estupideces y contempla el mundo a veces!
No mires tanto tu ombligo, ni te olvides del amigo
al que negaste tu abrigo; convertido en tu enemigo.
Que la vida así elegida, no merece ser vivida
puedes compartir tus peces, a medida que envejeces
sea la vida contigo, ¡sé de alegrías testigo!