Se rompió la magia
y te vi de cerca,
ibas en silencio
a buscar las letras.
Eran las migajas
que dejaron sueltas
unos ojos claros
y una boca tierna.
Fuiste poesía,
mariposa bella,
y ahora te marchabas
con la miel a cuestas.
Dejas un suspiro
en el alma muerta,
y cristales rotos
que tu faz reflejan.
Hoy las olas lloran
y las algas llegan
con resacas blancas
a buscar la arena.
Y en la dulce playa
dejarán sus huellas,
letras y susurros
de un cruel poema.
Morirá la tarde
y la noche, presta,
volverá con sombras
y sin rima fresca.
Y se irá mi vida
y me iré con ella,
sin final ni inicio
como un mal poema.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/03/25