Salgo y entro del agua, de la tierra,
no es juego ,
hay que sufrir cada fragmento de instante
para ordenar la piel…
limpiar las heridas de la carne que nos queda.
Hacernos muyahidines de nuestras guerras
al grito de vivir…
El amanecer es maravilloso
si el ser humano ve con el corazón,
deja al alma jugar en sus patios imposibles.
Salgo y entro de la tierra, del agua…
Bendita jaula.
Se vive demasiado deprisa, casi intuyendo el momento de ser otra cosa, pasar a otro estado y en eso, dejamos semillas sin ver crecer…y no nos apremia nada. Hay que apretar mientras se vive, el resto es encaje de bolillos con tuercas del doce…
El ser humano graba cada instante como suyo, deja su impronta …pero no nos pertenece nada…hay que doler de la vida hasta creer que diría Pablo Guerrero.