Lo que una vez parecía tangible
de la nada se volvía abstracto
así empezamos con un par de besos
y sus escasos abrazos.
Jamás pensé que tú me fueras a gustar tanto
fue un flechazo tardío
ahora ya siento el frío.
Nos prometimos ser confidentes
de nuestros miedos
y acabamos temiendo
lo que una vez sentimos.
La ruleta de la suerte se fue fundiendo en nuestra frente,
una mesa vacía con nuestras manos
llenas de historias.
Las dudas se cruzaron
con palabras sin cordura,
ahora siento que todo ha cambiado,
aunque la esperanza aún no me haya dejado.
La vida me ha enseñado
que el que espera se desespera
y contigo no iba a ser de otra manera.
No puedo pedir que de mí te olvides
porque cariño sé que ya lo hiciste.
Solo afirmar que el sol
nuevamente volverá a brillar.