En tanto que la taza se vacía,
le gesta a mi café su geometría;
y en tanto gira el disco el alfarero,
la arcilla va torneando con maestría.
En tanto dos guarismos ciñen cero,
centenas son las cuentas del primero;
el símbolo de ausencia mucho aporta:
en número supera al hormiguero.
Y en tanto el doble filo no me corta
del pan puedo sacar futura torta,
y el hambre corporal se subordina…
mas pronto a cuestas alma la soporta.
¿Invierto jerarquía en mi cocina?
¿Qué taza sin arcilla se germina?
Sin previa cantidad reconocible,
¿qué queda que a la ausencia le defina?
Mas obra de alfarero ya es posible,
pensada en la cerámica intangible.
Y el ser ilimitado y sin atuendo,
repugna encorsetarse en lo medible:
Parece que ganando va perdiendo:
su esencia impronunciable, cual minuendo,
en nada disminuye mientras hago,
miríada de seres sustraendo.
Razón, nunca te fíes de mi halago:
si en mares eres lancha en la que vago
la sima irracional te va pidiendo…
y tiemblas cuando en cielo luz indago.