Romántica forma de morir

No recuerdo el nombre de la poetisa romántica, que creía que no hay forma más bella de morir, que la de aspirando flores… Una tarde, se recostó en el sofá de la sala y pretendía asfixiarse, sofocando los pulmones con el empalagante aroma de unos lirios gabriélicos, que, a modo de “bouquet”, se había ramilletado al pecho anhelante… No murió, pero contrajo una antofobia repentina, debido a una alergia urticante.-

Chane García.

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