Roca

Ni el 77 de leopardos voladores
ni el 666 que es tan famoso
me han resultado nunca acogedores.

Prefiero el voraz apetito que se ve
en esos tus ojos soñadores,

o en tu boca, esa boca tan carnosa
que me atrae como la miel
siempre ha cogido a la mosca.

Siempre pegado a tu piel
como lapa bandeado las olas.

Vendrá la vida con sus furias
y yo seguiré agarrado a tu roca.

Roca, caramelito de azahar
que siempre endulza mi boca.

lucen
Pixabay/FreeImages

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