Sus risas ahogan
los mortales gemidos,
los aullidos del hambre,
el silbar de las balas,
tanques rugiendo,
bombas y más bombas
en racimos o en hongos
matando
la melodía del mar,
el canto de las aves,
la risa de los niños
Ríen los dioses,
ríe su asamblea sudorosa de sangre
Fieles maquilladores restauran
sus alas, sus pies terrenales
salpicados de barro
Acólitos y oráculos aplauden
en su sala repleta de ángeles
Y vuelven a reír
con carcajadas triunfales
en sus altares olímpicos
Con el maquillaje
de sus alas angelicales,
de sus pies terrenales,
luciendo el abanico
de sus majestuosos cielos,
en polución sus hechizos
Augurando,
a quién colme sus sueños,
o cumpla sus designios
el gozo del beso de la eternidad,
la salvación de su alma impura
Pues felicidades a las dos poetas!! Magnífico poema el que habéis compuesto entre sones de guerra y los dioses soberbios…
Un abrazo fuerte que abarque a las dos!!
Te amo por esas figuras extraordinarias que me llegan a regiones escondidas donde afloran sentimientos inexperimentados, o experimentados bajo circunstancias,. No tengo adjetivos para elogiarte. abrazos, besos y saludos respetuosos.
Jj muchas gracias amigo por tan afectuoso comentario, esta vez he compartido versos con una magnífica compañera y poeta, amante de la filosofía y de la que han surgido estos dioses encumbrados en sus Olimpos!! Un fuerte abrazo!!!