Que otro final distinto no concibo
humano me resulta y evidente,
cuando al verme de abuelo de repente
a sentirme me ayuda sabio y vivo.
De sentirme contento no me inhibo,
si es que cargando con mi don de gente
soy de mis propios dones consecuente,
en mis propios principios objetivo.
Duda no ha de caber que la experiencia
de hacerme disfrutar feliz de abuelo
toda el alma me llena de alegría,
porque siendo también niño en mi esencia
en compararme pongo tanto celo
que a besos a la nieta comería.