Respírame en cada letra,
en el oxígeno que llevan mis palabras.
Escribo versos agobiados,
zancadas sedientas en el aire,
beduinos buscando tus pupilas.
Los vasos capilares de mi verbo
alimentan la verde fotosíntesis de tus ojos.
La palabra es la nave que transporta sentimientos;
acurruca estos náufragos a tu lado.
Escondidos en su envoltura,
hay latidos y besos empaquetados.
Hay un significado atrás del significado
diciendo, te quiero.
Hay un calor que brota
cuando tiendes la aurora de tu mirada sobre ellas.
Hay un perfume para tu corazón
cuando desenroscas su mensaje.
Mi palabra es una saeta de luz
que lanzo al cielo,
buscando caer en tus ojos.
Mi palabra quiere llevarme,
escribirse en ti,
dejarme en ti,
para que descifres a besos
las grafías bilabiales
de este alfabeto
que intenta alcanzar tu nombre,
que intenta ser sabor en tu aliento.
Ser al menos,
trazos rupestres
que intentaron dejar en piedra
el poema de amor incomprendido.
No sé si es real o es fantasía el escenario poetico que usted (primo querido) crea alrededor de su palabra, pero suena convincente en una carga magnética positiva. Es entonces que la capilaridad de su verbo se come el verde fotosíntesis de unos ojos (yo desde acá presumo que son de mujer) por la mucha delicadeza con que representa el acto gastronómico. Aplaudo primo.
Interrumpo el comentario porque debo salir. Aplaudo.
Pues qué decir…, ese imperativo del título lo insinua todo; luego, tú, vas marcando, a través de los sucesivos versos, la manera en que debe llegar a respirarte. Total. Un saludo.
Que va mi querida @mariaprieto! Creo que el oficio de la poesía, por ser directa, honesta, salir del corazón franco, con los sentimientos sin tapujos, estamos expuestos y vulnerables a ser atacados (y analizados por críticos y psicólogos) en este aspecto. No pocas veces he estado tentado a echar a la basura trabajos por considerarlos cursis o nimios. Sin embargo, a alguien le han de servir (incluso como malos ejemplos). Así que, a decirlo. Nunca habrá el poema acabado ni perfecto.
Muchas gracias por apoyarnos en la mutua “cursilería” de la poesía!
Así todos mi estimado @Luisma! Resollamos a través de los poemas, aunque unos los tengamos chatos. Vamos encumbrándonos con esas letras trepadoras que se hacen bejucos escalando los asideros del corazón de los demás. Y quizá, cualquier chico rato, logren echar una que otra flor a la vera del camino!!
Muy bonito poema, JDuque. Un disfrute de lectura y reflexión sobre ella.
La palabra, es el arma más poderosa de todas las lenguas, con ella se conquista o se destruye; con ella se hace vivir o se mata… Todo está en el modo de usarlas y las intenciones que se ponen en ellas. Es Luz o sombra, Esplendor o tiniebla.
Abrazos