RENUNCIO
Renuncio a verme pequeño,
a las armas de diseño.
Renuncio al ser malicioso.
Que me coman las ratas,
que me coman vivo,
siempre fuera de todas las reglas.
Renuncio a escuchar
el sentido de la vida
que nos imponen.
Renuncio.
Renuncio a la sal,
al fuego,
a los estrellatos.
Renuncio.
Doy la vida
a una causa justa.
La vida es opaca.
Cambio de forma
pero no de parecer.
No es justo.
No es justo
que tenga que camelarse su piel
desde arriba,
desde abajo.
Suspiro.
Siento delicadeza.
Siento de entender
que no hay.
El tiempo no me da nada,
solo me da losedad
a la guardia del captor,
a la guardia
de encontrar un sendero.
Soy puño.
Soy fuego.
Soy algo que quema la boca
huyendo de ti,
de mí.
Que me arranca de cuajo
el pincel que pinta a las musas,
que pinta lo exagerado,
lo bonito,
lo presuntuoso.
¿Pero cómo voy a escribir?
¿Cómo voy a soñar?
Ya sé…
Buscaré otro modo
en el que el moho
no me recluya.