Esta noche os quiero hacer notar,
que alguno ha decidido marcharse
que alguno ha marcado su dolor,
por eso toca la muerte su cuerpo.
Pero también os quiero aclarar,
que muchos y en muchas partes
están recibiendo candorosamente
el que luego será su primer beso.
Siempre han sido dos las caras
de esta vieja moneda de carne.
Así nos enseña la vida duramente:
no recibes sin haber dado primero.
No importa que todos los relojes
del tiempo, adelanten o atrasen.
Para que de verdad puedas tener
habrás de sembrarlo, por supuesto.
Pero más importante que todo
si quieres regresar a Ítaca,
habrás de mirar las estrellas
y llegar a ser un buen marinero.
Porque es mucho más importante
un poco del azul de los cielos
que el azul profundo del mar,
aunque éste tenga mucho salero.
Debes pensar, solo en Ítaca
y soñar siempre con Ítaca,
aunque te quede más lejos.
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