Aunque el cielo de tu cara
luzca hoy plomizo,
recuerda regalar
una sonrisa,
dibuja un horizonte
al infinito,
cuál arco iris
se muestra a la ventisca.
Si con aplomo
nivelas los cimientos,
que se cimbrean
tan solo con la brisa,
en las noches que acude
el desaliento
recuerda…,
regálate una sonrisa.
Te esculpiré una sonrisa
cincelada con mis labios,
y a golpe de beso y beso
la iré tallando.