Sabes, que me conoces poco. Llegas a mi vida, cuando toda la soledad me redimía. No he tenido tiempo para decirte que soy un corazón pequeño y que en los cielos atardece. Nada sabes de mí; soy solo un corto verso que viene a mi memoria. Cuando perdí mi norte, quise alcanzar todos los puntos cardinales. Debes saber que sin mis metáforas, no habrá futuro. Que todas las catedrales me parecen pequeñas y que mi incógnita es el tiempo, pero el tiempo con alma. Es que el alma y la metáfora, son cosas de poetas. Lo peor que me puede ocurrir, es ser comprendida siempre; los poetas no somos plantitas que debamos florecer todos los días. No intentes descifrarme; déjame solamente, volver a alcanzar mi norte, porque hasta hoy, he sobrevivido con toda la esperanza naufragando.
Bellas tus reflexiones y un maravilloso final que comparto en su totalidad, amiga!
Grande, Lucía!
Que versos más reflexivos, tan llenos de certezas, ese yo consigo mismo meditando como forma de encontrarse, poeta!!!
Hermoso de principio a fin. Saludos cariñosos.
Aplausos de antemano, por la base conceptual que fundamenta este escrito generoso y bien portado; a mi por ejemplo: las catedrales todas (de cualquier orden) me parecen otras cosas. Aunque hay innegable belleza en su interior, son susceptible de las interacciones mercantiles . Aplausos de nuevo por despertar emociones fuera de lo comun.
P.D. apelé a la edición en segunda instancia para no peyorar a las catedrales.
Te doy la razón, Lucía.
Cabe mucha reflexión en ese verso.
Es precioso tu escrito
Agradecida querida escritora, con tu amable visita. Un abrazo.
Muy amable Tali.
Qué bueno que vengas a leerme, querida poeta. Un inmenso abrazo.
Muy amable Sinmi.
Agradecida con tu comentario querido poeta. Mi abrazo en la distancia.
Muy amable por tu lectura, poeta.