Recorro, en el presente,
aldeas y ciudades
buscando la nostalgia
y el polvo de sus calles.
Musito, pues, tu nombre
en plazas y por parques,
aquellos que, un buen día,
sin prisa me enseñaste.
Reviso los papeles
que guardo en el estante
por ver si algunos versos
acuden al rescate.
Te busco, y soy consciente,
de estar buscando en balde,
recuerdo tu figura
el día que marchaste.
Recorro, con mis sueños,
los tiempos y saudades,
que un día compartimos
para olvidar más tarde.
Intentaré, si puedo,
sentir lo que tú sabes,
que te amo todavía
y no puedo olvidarte.
Y volverán, recuerdos,
con sueños invernales,
a sacudir fogosos
el ritmo de mi sangre.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/01/25