“Bajo en el segundo semáforo”,
se repite a sí mismo para no olvidarse.
Bajó del bus.
Eran las doce y el sol iluminaba hasta enceguecer.
Cruzó la pista.
Faltaban dos cuadras para llegar a casa de su hermana
y volver a reencontrarse.
Compró un litro de raspadilla de varios sabores
en una esquina cerca.
Y él ya se imaginaba el abrazo filial,
el siéntate alrededor de la mesa
y el compartir del dulce frío de ese hielo desgajado.
Allí estaban:
la madre cauta para conversar,
el sobrino haciendo un espacio en sus estudios,
el cuñado reteniendo el minuto antes de zarpar hacia el trabajo,
y, su hermana, mezclando miles de acciones con sus diálogos y sus risas
con la frase intermitente del “¿te sirvo más?”
Y entonces
él, pausa la sonrisa
como archivándola, con regocijo en la memoria.
PD. Las raspadillas, aquí en Guate. les llaman granizadas y hay cada creación de ellas, con tal variedad de ingredientes y sabores, tanto hacia lo salado como hacia lo dulce. Es todo un arte ese tema aquí.
¡Gracias Alejandro!
Sí. Acá en Perú las “raspadillas” dan la hora, como se dice. Lo máximo en verano.
Ojalá algún día compartamos una raspadilla o un granizado - de fresa si se pudiera.
Un gran abrazo.
De lo cotidiano surge lo inusual,así como del caos nacen estrellas.
En Venezuela lo llamábamos raspao, al menos así se le decía en la región del Tuy, dónde me crié, creo que en Maracaibo se llama popsicle o piragua, saludos amigo Carlo, gracias por compartir estás estampas de su pueblo.
Genial ese relato filial y esos coloridos raspaos , el rojo de granadina, el amarillo colorante comestible con “parchita” (fruta tropical que se da en mi país como enredadera) y marrón de tamarindo que también es tropical y crece hasta en el jardín de cualquier casa, gracias mi querido Carlomagno por retroceder mi tiempo y llevarme hasta Ciudad Bolívar,
una bella ciudad de oro y otras piedras preciosas.
Abrazos
¡Amigo!
Permíteme compartir lo buscado en el Diccionario de americanismos:
Raspadilla en Perú.
Raspao, esnorbor, popsicle, piragua en Venezuela y países del Caribe. En la descripción dice a la letra:
“Refresco hecho con hielo finamente desmenuzado, al que se agrega alguna esencia o jugo de fruta”.
Qué lindo amiga.
En el Diccionario de americanismos la palabra parchita alude a la planta de maracuyá. ¡Uy! El jugo de maracuyá es mi preferido y heladito ni qué decir: “grrr, grrr” expresaba el doctor hipopótamo de júbilo.
Espero conocer la ciudad de oro de Bolívar.
Un fuerte abrazo.
Cuando estudiaba en la escuela técnica, pedía el de tamarindo, los días sábados después de hacer deporte, le agregamos un chorrito de aguardiente anizado. ¡Cosa buena que era eso!
Gracias amigo por la información.
Debe ser riquísimo.
En mi tierra, Tingo María, los refrescos de tamarindo eran súper. ¡Heladito! Te devolvía el alma. Y el Anisado lo probé acá en Lima. Hay uno muy famoso que se llama “Anís Nájar”, suave, dulce. Una maravilla.
Después de una carapulca, viene excelente.
Un gran abrazo amigo.
Claro, en otros países como acá se llama maracuyá, pero en Venezuela se llama parchita, pero acá en Argentina no hay un helado mas delicioso que el de maracuyá marca día por %. Pero tu relato me hizo recordar cuando viví en el Estado Bolívar y me comía un raspado diario con Nahomi cuando la buscaba en la escuela, era como un vicio jajaja ella aún lo recuerda. Y cuando las cosas cambien en Venezuela puedes ir a ese estado que es muy lindo, la bellezas naturales de allí no tienen comparación, (aparte de las piedras preciosas), tenemos el parque nacional canaima con la cascada mas alta del mundo llamado Salto Angel, Cachami , unos tepuyes ancestrales, el río Orinoco (uno de los mas importantes de suramerica)
Por eso te agradezco el tema por que me transportaste a esa época en que vivimos allí por cuestiones de trabajo de @ludico1964 . Un año inolvidable