Las horas ancianas suplicando
una pensión vitalicia,
los relojes de sol a la sombra
de los cementerios,
los misterios de la vida ahogándose
tras el cristal del bar,
el mar aburrido de los pájaros
salivando al viento,
el cigarrillo en tus labios trémulos
invocando el infierno.
El día se detiene en su rutina
de espejos vírgenes.
Solo deseo una poesía que brote
de las lágrimas,
alimentarme en la carne de
un libro inédito del ciego.
Acepto besos tibios en mi ataúd
de sábanas y papeles.
Quisiera despedirme correctamente.
Se me presenta como un poema evocador que refleja la desesperanza y la búsqueda de consuelo.
Versos que no hayan el consuelo en medio del paso del tiempo y los deseos no cumplidos.
El tiempo nunca deja de pasar, deja huellas como el surco de un arado diminuto, sobre nuestra piel y al final llega ineludiblemente, la despedida.
Me ha gustado el poema.
Saludos.
Gracias compañero por pasar a leer. Saludos.
Hola compañero, me ha encantado tu poema, la originalidad de esas imágenes tan sugerentes. Y por supuesto el final, ese último verso con tanto estilo…
Gracias compa, agradezco tus palabras. Un saludo desde Buenos Aires.
Hermosa despedida, pero no te vayas todavía…te queda tanto por escribir…
Abrazos, Juan Carlos!
Bellos versos, @acuarionegro0855 , pero que no le caiga la prisa por la partida.
Gracias María, todo es metafóricamente hablando, jaja. Como lo hacemos los poetas. Saludos.
Gracias compañero. Saludos.
Ya lo sabía…era broma…jajaja!