Quiero verte, ¿sabes?, quiero verte

Quiero verte, ¿sabes?, quiero verte, por eso te hablo y derrito tu ausencia en esta noche extraña; y es que estoy netamente herido al quererte. En ocasiones escribo –¡y con una espada láser en ristre!– cosas del corazón sangrante; seguro que algún día incluso conseguiré afilar mi fuego con un sacapuntas cuántico; o puede que me olvide, no sé, como olvidé cómo florecer. Quiero convocar a la primavera hasta que la rosa se abra azul en la noche blanca. Olvídate, amor, del satélite que me dejó ir y me convirtió en una estrella, pues el agua del chōzuya es fulminada por la fría piedra azul celeste. Sí, así es. ¿Pido imposibles?, puede, pero sólo quiero dormir ligero a tu lado brillando intensamente. Eternamente. Estoy confundido frente al espejo esta mañana porque no hay afuera como atributo. Despierto. Disperso el ramo en la superficie del lago lo más lejos posible de las ondas. ¡Allá va refulgente, cual astro!, pues el cielo y el mar azul también son un solo fuego en forma de estrella; y la luz y la oscuridad, en un pequeño corazón inerte, es un sueño cambiante. ¡Wow, me hiciste dividir por cero!, ¿no es cierto?, lo percibo, pues la sensación de pasar –después de la medianoche– del cielo al cielo es como sostener en carne viva un fuego enterrado. Eres una hermosa voz cantante que baila detrás de la escena pública.
He encontrado trazos rotos que antaño escribí en pinceladas deshilvanadas. Mirad –leed– el cielo de verano, sus grandes flores que invitan a las lágrimas en un azul nublado como la superficie del agua. Llueve. Pero no puedo moverme de aquí. Nadie necesita un día como éste –al Este– y la lluvia simplemente me moja. Nadie se dará cuenta… Oh, perdona, sólo tú lo notarás. Para mí que es tan inútil… «Mamá, el tendedero parece estar solo», dice el niño. «No comas arroz tan temprano», le dice su madre. El perfil del viento acariciando la hortensia descolorida. El olor residual del verano. «Moriré antes de los sesenta», me dice el viento en lenguaje olvidado. Escucho su traducción y me sorprende. Según el veredicto se decidió que la cantidad de latidos que golpearon en mi vida será de dos mil millones de veces, y que la esperanza de vida calculada tomando el pulso de anoche será de cincuenta y ocho coma cinco cuatro uno uno cinco cuatro cuatro. «Voy a vivir mucho, así que moriré primero» «¿Estás seguro?» «Sí», añade el eco. «¿Estás hablando de la propuesta de ayer?» «Ja, ja, ja». Justo aquí el obturador parpadea y el reloj se detiene, aunque no estoy en la imagen. En el fondo del agua limpia, profunda y profunda… «Levántate», me susurra amablemente el mar y siento como si estuviera mirando hacia arriba, fuera de la superficie del agua. Sólo estoy mirando hacia arriba. Años, décadas. No hagas mil pequeños movimientos, haz uno para siempre. Muy tranquilo, todo está lejos. Algo como eso… La punta de la manzana enrollada… Tú. Colmillos de troyanos, pasadizos estrechos, veneno. Garras y orejas de conejo reforzadas. El hierro de la moto que guardé. La noche. Huellas de neumáticos y huesos que se compartieron. Los bordes y los arañazos de las gafas. Elefantes. La frente tranquila adornada con una dalia. «¡Aaaooo!», canta el alba. El brillo y la oscuridad de una serie de telas como banda sonora de una vida.
Quiero cambiar, pero lo odio, y no puedo atar mi pasado pues es fiera rugiente. Indomado. Me abrazas en una noche cálida como la piel primaveral del sakura que ya ha florecido. Alguien dijo que el ácido carbónico es un detonador sentimental. Evocador. Y es que soy débil; así que, si sales en mi sueño y me aprietas, lloraré. Por eso «dichosos» –dijo la escritora*– «los que pueden amar y odiar sin disimulos, sin vacilaciones, sin matices».

Luis J. Goróstegui
[* Irene Némirovsky (Suite Francesa)]

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Ohhhh! Me dejaste sin palabras!!!
Me encantó! Precioso, precioso…no te digo más!

“Quiero convocar a la primavera hasta que la rosa se abra azul en la noche blanca”…

Abrazos, Luis!:rose::rose::rose:

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Me encanta, me fascina y me embelesa el estilo tan astuto y ferviente que mantienes para hacerme seguir leyendo más y más y no detenerme…
¡Felicidades! Hermoso relato, me llegó al alma.

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Muchas gracias, @mariaprieto.

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Muchas gracias, @Noracris, me alegra que te haya gustado mi relato. A veces escribo y me dejo llevar y no soy consciente de lo que he escrito hasta que lo he terminado y lo leo entero. Muchas gracias por tu comentario.

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Muchas gracias, @D_Haze, es honor que tú me haces.

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