Que se detenga el tiempo que no quiero
seguir la senda oscura y lacerante
de esta perversa noche donde errante
camino tras su sombra prisionero.
Que se detenga el tiempo que yo muero
por ver esa dulzura en su semblante,
por ver sus ojos verdes, su radiante
sonrisa entre la niebla del sendero.
Sin ella, no me queda ya argumento
para vivir. Tan dura penitencia
me produce dolor y sufrimiento.
¡No quiero ya seguir sin su presencia!
Porque vivir así es un tormento
y más que vida es muerte mi existencia
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David
18 Abril, 2021 12:37
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Espectacular, Joaquín. Qué decirte que no te haya dicho ya. Se aprende mucho de tus versos. Gracias por compartirlos. Un abrazo grande.
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Magníficos versos, compañero.
Un soneto espectacular.
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Precioso soneto que grita y llora su amor a quemarropa, su presencia tan vital y necesaria, muy hermoso poeta!!!
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Gracias a ti por tu generoso comentario,David. Aquí todos aprendemos de todos,es lo bueno de estos sitios,disfrutas con la poesía a la vez que aprendes.
Otro abrazo para ti en la distancia.
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Celebro que te haya gustado Paco. Gracias por tu presencia.
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Gracias @wallacegere . Celebro que haya sido de tu agrado.
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Gracias @Minada . Me alegra que lo hayas visto así. Un abrazo.
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Gracias por esos aplausos,María. Abrazo.
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