Qué imaginación

Una metáfora volaba
a la tierra de utopía.
Abajo una idea caminaba
con zapatos de alegría.

Tres pensamientos corrieron
al refugio de un poema.
Pero nunca se escribieron,
le faltaron los fonemas.

Una quimera triste
llora y llora con razón.
Balbuceando ella me dice:
“Ya no quiero ser ficción”.

Desvaríos y delirios
hacen fiesta en la ilusión.
Entelequia y espejismo.
¡Ay Dios mío, qué imaginación!

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